Seleccionar página

No hay 2 si no hay 1+1

¿Qué nos hace recordar una clase memorable?

¿Qué es ser un buen profesor? ¿Y un buen/a alumn(a)?

He iniciado esta entrada con una fórmula matemática que asegura que 1+1=2. Claro, muchos podréis demostrar que también 1+1=3, pero entonces… todo depende del contexto, ¿verdad? Enseñaremos el verbo estar a un estudiante inglés de 12 años y a uno francés de 45 años, pero nunca de la misma manera, pues dependerá de las necesidades, intereses y motivaciones que tenga cada uno.

Antes de elaborar lo que podría ser el decálogo de lo que hace un aprendizaje memorable, vamos a intentar recordar qué es lo que más nos gustaba cuando estudiábamos en el colegio, instituto, universidad,… Y también, cuando lo hacíamos enfrentándonos al aprendizaje de una nueva lengua.

Nota: “Enfrentarse”

En este caso no acudiremos a la RAE sino que propondremos una definición del Diccionario Combinatorio Práctico del Español Contemporáneo (I. Bosque p.536), donde en una de sus definiciones señala: enfrentarse cuerpo a cuerpo, cara a cara, mano a mano. De nuevo llegamos a la operación 1+1 =2.

Si alguien tiene dudas sobre la demostración empírica con respecto a la operación matemática puede consultar el siguiente enlace: 1+1=2

Pues bien, es en este enfrentamiento donde el docente y el estudiante han de posicionarse uno frente al otro, y en la suma de su relación, adquirir por igual un aprendizaje; aunque, recordemos que el papel más importante en el aula será siempre el del estudiante, al que tendremos que guiarle en un aprendizaje autónomo para que finalmente pueda elegir su forma de aprender, descubra su motivación intrínseca, tenga autoconsciencia de su proceso y sepa acceder a los recursos necesarios, entre otras habilidades que desarrollará. 

Para mí, es inevitable recordar una cita del teórico teatral Peter Brook en su obra de The Empty Space (1968): “Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo, lo único que necesito es alguien que camine en este espacio y otro que lo observe para llamarlo un acto teatral».

De la misma manera se encuentran docente y estudiante, como un director y un actor en un contexto particular y único, y que bien puedo expresar con otras citas de Peter Brook.

La labor directora consiste en captar dónde desea llegar el actor y qué le impide alcanzar sus objetivos. Ningún director impone una manera de actuar”.

La función del director consiste en ayudar al grupo a evolucionar hacia esa situación ideal. El director está allí para atacar y ceder, provocar y retirarse, hasta que comience a aflorar la invisible materia”.

Recordemos que cada acto teatral es único, como lo son nuestras clases de ELE, donde siempre hay que recordar que el lugar es donde estemos, y el tiempo, el momento en el que estemos, nada más.

Bibliografía

Bosque, I. (2011). Diccionario combinatorio práctico del español contemporáneo. Las palabras en su contexto. SM. Madrid

Brook, P. (1968). The Empty Space. Ediciones Península. Barcelona